miércoles, 24 de octubre de 2007

Hubo un tiempo


Existe un antes y un después.

Existió un Fernando previo a "24" y Virtualia, muy distinto al que es hoy. Un Fernando que disfrutaba con sus amigos, carreteaba su poco, que era la voz oficial del "Homecenter Las Condes" (esto último ni yo me lo creo), infaltable en cualquier celebración, pedidos por todos (y todas... como no evocar ese baile eroticón que me dieron mis compañeras en vez del cumpleañero Marco, el cual exigió repetición para él... picota!), si hasta llegué a ser superstar por un par de semanas después que el propio Ricardo Lagos me premiara como el mejor alumno del curso de Jefes. Era todo miel sobre hojuelas y sencillamente me dejaba querer.

Aún recuerdo mi cumpleaños # 24 (Sí! 24 forever!) . Invité a toda la planilla y todos sin excepción asistieron a tal magno evento, partiendo por mi jefa y terminando con la última promotora. Nunca había sucedido y nunca más volvió a suceder.

También recuerdo a la Fanny, que de entrada casi las cago con ella, muy inocente no sabía que era la amante del gerente de la tienda. Me acuerdo de la Sandra, en ese tiempo promotora, hoy agente de seguros, a quien no le bastó declararse, si no también fue capaz de contarme los sueños eróticos que tenía con... y esto a pesar de que estaba en pleno pololeo con la Mónica. Me acuerdo de la Karina, peruana muy simpática, humilde y de bonita figura qué parece quería obtener la permanencia definitiva... Y también me acuerdo... NOOOOOOOO!!!! me arrepiento de la Xenia. Sí! me arrepiendo de ser haber sido tan politicamente correcto y no haberme arriesgado con la promotora más linda que pasó por mis entrenamientos. Que hubiese importado que sólo tuviese 17 años! si al final otro supervisor de área se la terminó comiendo igual, qué importaba? si mi propio jefe se servía de a 4. Pero, no! fui gil, lo asumo.

También recuerdo cómo lloraba la Paulina al otro lado del teléfono cuando me fui. Y como nunca más ese departamento fue lo que fue conmigo.

Y qué es lo que pasó? Bueno, podría hacerme el tonto y decir no sé en que momento sucedieron los cambios. Pero no, no es así, tengo absoluto conocimiento de cómo y porqué sucedió.

Es muy autorreferente, lo sé, egocéntrico, pero de verdad fue el mejor de los tiempos, no sólo porque las cosas me salían bien, si no porque también todo lo hice en buena lid, sin coartar libertades, sin pasar a llevar a los demás, sin perjudicar a nadie. Se debe reconocer que la mayoría conformaba un gran grupo humano, el único penca era mi jefe, un sinvergüenzas en todo sentido, pero nada puede ser perfecto.

Ese tiempo fue de la enfermedad descartada, me pregunto si se puede descartar nuevamente.